El efecto del fact-checking tiene matices políticos
El segundo estudio se aplicó a 774 personas y se escogió como tema las elecciones presidenciales, con correcciones a las afirmaciones de los dos principales candidatos. Los participantes fueron asignados a una de diez condiciones distintas: un grupo de control 1, que vio noticias sobre otro tema; un grupo de control 2, que vio la desinformación original sin corregir, y ocho grupos de control donde se manipuló nuevamente los niveles de transparencia y emocionalización (esta vez, con diferencias más marcadas), además del sesgo de confirmación, con un medio asociado a la derecha que desmentía al candidato de izquierda, y un medio vinculado a la izquierda que corregía al candidato de la derecha.
RESULTADOS
Al igual que en el estudio 1, los sujetos expuestos a ‘fact-checks’ creen en información más correcta que aquellos expuestos a desinformación. Esto ocurre independientemente de la forma exacta de fact-checking.
El efecto de la exposición a ‘fact-checks’ es significativamente más fuerte para las correcciones consistentes con las creencias previas que con las que desafían dichas creencias. Esto es evidencia de sesgo de confirmación.
En el caso de las correcciones en un contexto electoral, la exposición a fact-checks redunda negativamente en la confianza en los medios y sus contenidos respecto del grupo expuesto solo a desinformación.
La exposición a fact-checking también influye en la llamada “percepción de medios hostiles”. Comparado con el grupo de control, el fact-checking reduce la hostilidad hacia los medios, pero comparado con el grupo de desinformación, la aumenta (sobre todo cuando el chequeo es favorable a la propia posición).